martes, 25 de noviembre de 2008

¿Dar? clase

La vida no es un ensayo, aunque tratemos muchas cosas;
no es un cuento, aunque inventemos muchas cosas;
no es un poema, aunque soñemos muchas cosas.
El ensayo del cuento del poema de la vida es un movimiento perpetuo;
eso es, un movimiento perpetuo.
Augusto Monterroso

Les digo a l@s estudiantes que escriban lo que les venga a la cabeza, como una verborrea infinita porque luego podrán tener más material para escoger buenas y malas ideas. Que es un proceso, que cuesta mucho y a veces tarda años... por supuesto se desaniman, lo de la verborrea infinita no les prende y se quedan pausados en trágica escena de salón de clase: chavas y chavos viendo sus cuadernos, con el lápiz en la manao, viendo a la ventana, esperando que no los mire para hablar entre ellos, para perderse, queitecitos, deseando que esta pinche hora y media se acabe porque no les gusta que les confronten con lo que no saben... pienso que piensan, siento que sienten.

Me acerco a una de ellas, especialmente emberrinchada con la actividad, una de las que no trajeron el trabajo que había que hacer por su cuenta, que no vino la clase pasada, que no sabía, que no le interesa, que le da hueva. Le pregunto ¿qué es el conocimiento? me dice que es ese punto en el que uno está y del que luego avanza. Me pareció que sí, pero también que no, en todo caso quería que dijera más y le pregunté ¿por qué? tantas veces que se sintió acosada y la dejé en paz... Hay que saber cuándo retirarse. Ella misma, inspirada por Paz y Cardoza, había escrito en su cuaderno que el conocimiento es la herramienta más poderosa que tenemos para defendernos...

Y yo sigo sin saber, probando y errando, y no acabo de saber cómo ayudar, provocar, convocar, suscitar, despertar, abrir, detonar, cuestionar, a est@s compañer@s que vienen a estudiar una licenciatura.

Pero creo que se puede, que todo el tiempo logro algo, alguito, chiquito, imperceptible. Hago lo que puedo y me gusta mucho.