Jugábamos lanzamiento de pelota, pero esta vez era muy chica, y en una de esas la cachó tan exactamente bien que... ¡se la tragó! completita directo al estómago. Luego la buscaba, la pobre, sin mucha idea de dónde había quedado...
Total, la observamos unos días y el veterinario dijo que era malo si vomitaba, y vomitó. Así que ayer la llevamos a que le sacaran una radiografía y ahí estaba la mugre bola, aún en el estómago por suerte pues por el intestino no pasaba.
Ahí se puede ver, el churrito negro a la derecha son los intestinos.
Total, tuvo que quedarse y ser operada de inmediato. Y salió bien, ayer mismo vino de vuelta a casa, está triste y adolorida pero come y toma agua y mueve su colita y se deja acariciar con ojitos de mártir.
Mi Katita y su mala suerte...
Mi Katita y sus muchas vidas, como gato, gata, por eso Kata.
4 comentarios:
Chiquita, el Itzcóatl la recuerda todo el tiempo.
Espero que vayamos en Septiembre.
Un beso.
Por cierto ya te traduje el poema.
Pobre!! Que bueno que ya está mejor. Dale muchos apapachos de mi parte y a tí te mando muchos besos y abrazos!
Es amiga de Itzcóatl, ¿le contaste? ¿qué dijo?
Ya ví el poema y te contesté.
Gracias Vale por tus besabrazos, está muy bien la Kata, es tan fuerte la fregada...
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